A veces no hace falta tanto.
A veces, tan sólo necesito que alguien escuche mis idioteces.
A veces, creer que piensas en mi una millonésima parte de lo que yo lo hago.
A veces me basta con un beso.
A veces con dos.
Otras con medio.
Hoy, tu respiración.
Y tu silencio.
Y mis lágrimas empañando la pantalla.
Y manchando de negro la almohada.
Llámalo necesidad.
LLÁMALO AMOR.
No hay comentarios:
Publicar un comentario